Rosarios

Rosario guadalupano

Rosario Guadalupano
Tanto el rosario guadalupano como la virgen de Guadalupe son una de las imágenes que posee más fuerza e importancia, tanto para los mexicanos como para el resto de los creyentes de América Latina. Con el rosario guadalupano no sólo se siguen los rezos tradicionales del rosario, sino que también se conmemoran las apariciones de nuestra Señora de Guadalupe. Es esto, pues, un signo de la aparición de la Virgen María a todos los latinoamericanos, en especial a través de sus apariciones a San Juan Diego, cumpliendo así un papel evangelizador en las tierras de América. Este rosario, aunque surgió en el Centro General de los padres de la orden de los dominicos, ha sido bendecido con el espíritu santo y ha conseguido ser aprobado por la Iglesia.

 

Rosario a la Virgen de Guadalupe

La aparición de Nuestra Señora de Guadalupe. A quien Juan Diego, hoy
Santo, la llamó “Mi Señora Reina, Muchachita Mía”; cuando la Virgen le
preguntó: “Escucha hijo mío el menor, Juanito ¿A dónde te diriges?. Yo soy
la Perfecta Siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por
quien se vive...”. La Virgen de Guadalupe, advocación de la Virgen María,
ha dejado no solamente un bello mensaje para los mexicanos, pero
también una bella imagen grabada en el ayate del santo Juan Diego; que
hoy es venerada por todos los mexicanos y por muchas personas en todo
el mundo.
Nosotros les hemos querido traer aquí el Rosario de la Virgen de Guadalupe
para que lo recemos en agradecimiento por su muestra de amor que nos
dejó.

Inicio

Por la señal de la Santa Cruz,
De nuestros enemigos,
Líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
Del Hijo,
Y del Espíritu Santo,
Amén.
El Credo Creo, en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de
la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de
Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a
los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos;
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios
Padre, todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los
vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la
Comunión de los Santos; el perdón de los pecados; la
resurrección de los muertos; y la vida eterna. Amén.

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal. Amén.

Ave María

(repetir 3 veces)
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es
contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.
Primer Misterio La Virgen de Guadalupe trae un mensaje de paz a su
pueblo:
“Sabe y ten entendido, tú, el más pequeño de mis hijos,
que soy yo la siempre Virgen Santa María, Madre del
verdadero Dios por quien se vive; del Creador, en quien
está todo; y es Señor del cielo y de la tierra. Deseo
vivamente que se me erija aquí un templo para en él
mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa,
pues yo soy su piadosa Madre”.
[Pedir a la Virgen María por todos aquellos que no la
conocen y no la valoran como su Madre]

Leer  ¿Cómo rezar el rosario de la rosa mística?

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal. Amén.

Ave María

(repetir 10 veces)
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es
contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.
Gloria Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos
de los siglos. Amén.
Oración de Fátima “Oh Jesús mío, perdónanos nuestros pecados, líbranos del
fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las mas necesitadas de tu misericordia”.

Segundo Misterio Juan Diego comparte a la Virgen su humildad y su;
pequeñez a los ojos de los hombres:

“Te ruego encarecidamente, Señora y niña mía, que
alguno de los principales, conocido, respetado y estimado,
le encargues que lleve tu mensaje para que le crean,
porque yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una
escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente
menuda.”
[Pedir a la Virgen que nos ayude a darnos cuenta del valor
de la humildad y la sencillez de corazón]

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal. Amén.

Ave María

(repetir 10 veces)
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es
contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.
Gloria Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos
de los siglos. Amén.

Oración de Fátima

“Oh Jesús mío, perdónanos nuestros pecados, líbranos del
fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo,
especialmente las mas necesitadas de tu misericordia”.
Tercer Misterio María de Guadalupe escogió a Juan Diego por su
sencillez y no por su sabiduría:
“Oye hijo mío, el más pequeño, ten entendido que son
muchos mis servidores y mensajeros a quienes puedo
encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad,
pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y con tu mediación, que se haga mi voluntad”.
[Pedir a la Virgen que nos ayude a darnos cuenta del valor
de la humildad y la sencillez de corazón]

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal. Amén.

Ave María

(repetir 10 veces)
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es
contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.
Gloria Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos
de los siglos. Amén.

Leer  Rosario de la paz

Cuarto Misterio La Virgen María cura a Juan Bernardino como signo de que
quiere salud y felicidad para su pueblo:

“Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es
nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no
temas a esa enfermedad ni alguna otra angustia. ¿No
estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi
sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en
mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te
inquiete otra cosa, no te aflija la enfermedad de tu tío,
que no morirá ahora de ella. Está seguro de que ya sanó”.
[Pedir a la Virgen que nos ayude a darnos cuenta del valor
de la humildad y la sencillez de corazón]

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal. Amén.

Ave María

(repetir 10 veces)
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es
contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.
Gloria Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos
de los siglos. Amén.

Quinto Misterio María nos deja su imagen para recordarnos su ternura, su
amor y su constante protección:

Juan Diego trajo a la Señora del Cielo las diferentes rosas
que fue a cortar; las que, así como las vio, cogió con sus
manos y otra vez se las echó en el regazo diciendo: “Hijo
mío, el más pequeño, esta diversidad de rosas es la
prueba y señal que llevarás al obispo, le dirás en mi
nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que
cumplirla. Tú eres mi embajador, muy digno de
confianza.”
[Pedir a la Virgen que nos ayude a darnos cuenta del valor
de la humildad y la sencillez de corazón]

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal. Amén.

Ave María

(repetir 10 veces)
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es
contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Gloria Gloria

al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos
de los siglos. Amén.

Leer  Rosario de la santa muerte

Salve

Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida,
dulzura y esperanza nuestra; Dios te Salve. A Ti llamamos
los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y
llorando, en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora,
abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos
misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a
Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh Clemente!, ¡Oh Piadosa!, ¡Oh Dulce siempre Virgen
María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oración Virgen de Guadalupe

Préstame Madre tus ojos, para con ellos poder mirar,
porque si con ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios, para con ellos rezar, porque si
con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar, pues es
tu lengua patena de amor y santidad.
Préstame Madre tus brazos, para poder trabajar, que así
rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame Madre tu manto, para cubrir mi maldad, pues
cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame Madre a tu Hijo, para poder yo amar. Si tu me
das a Jesús, qué más puedo yo desear y ésta será mi
dicha por toda la eternidad. Amén.

Despedida

En el nombre del Padre,
Del Hijo,
Y del Espíritu Santo,
Amén.

Canción

La Guadalupana
Desde el Cielo, una hermosa mañana (bis) La
Guadalupana (tres veces) bajó al Tepeyac Suplicante juntaba sus manos (bis) y eran mexicanos (tres veces) su porte y su faz.
Su llegada llenó de alegría (bis) De luz y armonía (tres
veces) el Anáhuac.
Junto al monte pasaba Juan Diego (bis) Y acercó sé luego
(tres veces) al oír cantar.
A Juan Diego la Virgen le dijo (bis) este cerro elijo (tres
veces) para hacer mi altar.
Y en la tilma entre rosas pintada (bis) Su imagen amada
(tres veces) se dignó dejar.
Desde entonces para el mexicano (bis) Ser guadalupano
(tres veces) es algo esencial.
En sus penas se postra de hinojos (bis) Y eleva sus ojos
(tres veces) hacia el Tepeyac

Comienzan los 46 Rosarios a la Virgen de Guadalupe

A partir de este martes 28 de octubre comienza la tradicional jornada consecutiva de 46 rosarios en honor de la Virgen de Guadalupe. Se trata de una tradicional preparación espiritual para la fecha principal que es el 12 de diciembre. Esta devoción data desde hace más de un siglo.

Tanto en capillas como en templos y parroquias, así como en numerosos hogares, pero sobre todo en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, los fieles se reúnen para rezar el Santo Rosario durante 46 días, uno por cada estrella que se aprecia en el manto de esta venerada imagen.

El origen de esta devoción es muy antiguo data del siglo XIX. 46 es un número simbólico para representar el número de estrellas del manto de la imagen de Guadalupe. La devoción se conserva hasta ahora; como todo encuentro de fe, es una práctica agradable a Dios y por su medio consta que se han alcanzado muchos favores.

Esta venerable tradición enlaza el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario a partir del día 28 hasta el 12 de diciembre cuando es la fiesta de la Virgen Morena.

Se reza un Rosario por cada una de las estrellas que aparecen en el manto guadalupano. Dice uno de los Salmos que Dios «cuenta las estrellas y los 46 rosarios en honor a Santa María de Guadalupe».

Vídeos de Rosario guadalupano

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