Origen de la oración al Divino Niño
La querida devoción al Divino Niño se remonta desde tiempos muy antiguos, en el Monte Carmelo, en Israel, cuando el niño pasaba con tus padres María y José y sus abuelos Ana y Joaquín. Esta devoción sigue intacta gracias a fervientes católicos que honran la infancia de Jesucristo y la consideran un símbolo de inocencia.
Con esa misma ternura acércate a Él, haciendo esta oración al Divino Niño:
“Divino Niño Jesús, dueño de mi corazón y mi vida, mi tierno y adorado Niño”, inicia el rezo. Una vez que hemos sentido su compañía, tendremos la confianza de expresar: “llego hasta Ti lleno de esperanza, llego a Ti suplicando tu misericordia, quiero pedirte los abundantes bienes que derramas sobre tus fieles devotos, los que tus bracitos abiertos reparten con amor y generosidad”.
Oración al divino niño Jesús para pedir un milagro
Divino Niño Jesús, dueño de mi corazón y mi vida,
mi tierno y adorado Niño,
llego hasta Ti lleno de esperanza,
llego a Ti suplicando tu misericordia,
quiero pedirte los abundantes bienes
qué derramas sobre tus fieles devotos,
los que tus bracitos abiertos
reparten con amor y generosidad.
Oh Niño amado, bendito Salvador,
quédate siempre conmigo
para separarme del mal
y hacerme semejante a Ti,
haciendo que crezca en sabiduría y gracia
delante de Dios y de los hombres.
¡Oh dulce y pequeño Niño Jesús,
yo te amaré siempre con toda mi alma!
Divino Niño Jesús, bendícenos
Divino Niño Jesús, escúchanos
Divino Niño Jesús, ayúdanos.
Niño amable de mi vida,
consuelo del cristiano,
la gracia que necesito tanto
y que me causa desesperación y agobio,
que hace que sienta intranquilidad en mi vida
pongo en tus benditas manos:
(pedir con mucha fe lo que se desea conseguir).
Padrenuestro que estás en los cielos…
Tú que sabes mis pesares
pues todo te lo confío,
concede la paz a los angustiados
y dale alivio al corazón mío.
Dios te salve María llena eres de gracia…
Y aunque tu amor no merezco,
no recurriré a ti en vano,
pues eres hijo de Dios
y auxilio de los cristianos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…
Acuérdate, oh Niño Santo amado,
que jamás se oyó decir,
que alguno haya implorado ante Ti
sin tu auxilio recibir,
por ello, con sencillez y confianza,
humilde y arrepentido,
lleno de amor y esperanza,
sabiendo los milagros que obras
y lo rápido que concedes remedio,
con ilusión este favor yo te pido:
(repetir lo que se quiere obtener).
Divino Niño Jesús, bendícenos,
Divino Niño Jesús, escúchanos,
Divino Niño Jesús, consuélanos,
Divino Niño Jesús, ayúdanos,
Divino Niño Jesús, protégenos,
Divino Niño Jesús defiéndenos,
Divino Niño Jesús, en ti confiamos.
Así sea.
Milagros a través de la oración al Divino Niño
Los milagros obtenidos mediante de la oración al Divino Niño se revelan a quienes piden con fe: “Quédate siempre conmigo para separarme del mal y hacerme semejante a Ti, haciendo que crezca en sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres”, pronuncia en la intimidad de tu habitación.
Muchos han sido testigos de la inexplicable recuperación de un enfermo desahuciado o del éxito de un negocio en quiebra. Si nos acercamos a esa genuina presencia te aseguro que verás cumplidos incluso esos “pequeños deseos” latentes en tu corazón.
Él está de nuestro lado y son innumerables las formas en las que podemos confirmarlo. Pide su bendición, su atención y ayuda, pero, ante todo, muestra agradecimiento: “¡Oh, dulce y pequeño Niño Jesús, yo te amaré siempre con toda mi alma!”. ¡Recuerda que un corazón lleno de gratitud y tranquilidad siempre es recompensado!
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