Oración al Espíritu Santo
Espíritu Santo Consolador
concédeme el don de la fortaleza.
Fortalece mi alma para superar las dificultades de cada día,
los tormentos de las persecuciones y las insidias del maligno.
Ayúdame a ser fuerte en medio de las debilidades espirituales,
para que yo sea señal de Tu amor y bondad.
Espíritu Santo de Luz
concédeme el don de la sabiduría.
Que tenga el discernimiento necesario
para distinguir el mal del bien,
la mentira de la verdad,
la guerra de la paz.
Que Tu sabiduría ilumine
los espacios confusos de mi alma.
Espíritu Santo Paráclito
concédeme el don del entendimiento,
para que comprenda correctamente
la voluntad del Padre Celestial en mi vida.
Ayúdame a entender al prójimo con amor,
misericordia y paz.
Que comprenda, con todo mi ser,
el amor de Cristo por mí y por la humanidad.
Espíritu Santo, Abogado Celestial,
concédeme el don de la ciencia.
Que, iluminado por Tu luz divina,
comprenda correctamente
los planes de Dios para mi vida,
y sea obediente a las enseñanzas divinas.
Y sea así, una señal permanente
de la misericordia del Maestro Jesús en el mundo.
Espíritu Santo, Consejero Divino,
concédeme el don del consejo.
Ilumina mi entendimiento,
para que yo busque en Dios las respuestas
a mis dudas e inquietudes humanas y espirituales.
Pon en mis labios palabras que restablezcan la paz en el mundo,
y ayúdame a llevar siempre un consejo que devuelva
a las almas afligidas la serenidad en Dios.
Divino Espíritu Santo,
concédeme el don de la piedad.
Que mis oraciones sean puentes de amor,
que unan mi corazón al corazón
de Dios Padre y de Cristo Señor.
Que mi fervor espiritual se renueve siempre,
para que mi alma fructifique en la fe y la esperanza.
Espíritu Santo, Consolador de los afligidos,
concédeme el don del temor de Dios,
para que tenga siempre frente en mis ojos,
la bondad divina,
y que mis pensamientos, palabras y acciones,
no sean una ofensa al amor misericordioso
del Padre Celestial.
¡Así sea!
Consagración al Espíritu Santo
Recibid, ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén
Ven Espíritu Creador: Oración al Espíritu Santo que rezaba a diario Juan Pablo II
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tu, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos. Amén.
V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos: Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo .Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén
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